jueves, 17 de febrero de 2011

Documento Fundacional del Instrumento Electoral para la Unidad Popular

Hemos vivido en los días finales de 2008 acontecimientos que alimentan nuestra esperanza y proyectan luz consolidando las perspectivas de construcción de una sociedad justa, libre e igualitaria. Es cierto, existe necesidad e imprescindible urgencia en concretarla, pero además sentimos, y ello no es menor, la oportunidad de hacerlo en el marco de un creciente protagonismo y conciencia de los pueblos.
Esa realidad hizo posible finalizar un año tan especial participando de la marcha nacional hacia plaza de mayo, confluyendo el movimiento nacional de los chicos el pueblo con la CTA y cientos de organizaciones populares enmarcados en la cruda realidad que proclama que el hambre es un crimen.
Esta plaza de mayo desbordante fue producto de la esperanza. Esperanza acorde al accionar de nuestros pueblos, marcando el camino que transita nuestra América Latina y que sentimos viva en el encuentro nacional hacia una constituyente social realizado en Jujuy, manifestación clara de un “nosotros” que nos excede pero que nos convoca.
Un nosotros todavía inorgánico pero enraizado en todo el territorio nacional y construido en años de resistencia y enfrentamiento a las políticas de este sistema capitalista perverso que no solo inventa el hambre sino también se apodera de nuestros recursos naturales y de nuestras propias vidas.
Un ” Nosotros” mucho mayor que el que conocemos y reconocemos en el accionar diario en nuestras cercanías.
Un “Nosotros” que se manifiesta con la voluntad de no delegar, recuperando la política como practica integral para transformar la realidad y lograr la soberanía de nuestra patria, y la felicidad que como pueblo nos merecemos.
Esa visión de la integralidad nos lleva a fortalecer las propuestas prioritarias definidas en Jujuy:
Distribución de la riqueza y recuperación de nuestra soberanía en todos los ordenes.

omprometernos con las acciones determinadas en una multitudinaria asamblea popular y encaminar las estrategias institucionales democratizadoras garantizando que la sociedad pueda gobernar su destino.
La crisis de representación no se resuelve cambiando solo al representante, sino construyendo poder para los representados.
La construcción de esa fuerza capaz de conseguirlo, de organizar el sujeto colectivo que asuma y concrete ese destino, supone la recuperación de valores de unidad y solidaridad que existen y permitieron nuestras experiencias organizativas en los tiempos de resistencia.
Unidad del campo popular, valor excluyente en el proceso de autoconstrucción de sujeto desde las mejores experiencias en lo cultural, lo social, las practicas religiosas las distintas experiencias partidarias y sindicales que protagonizamos.
Hablamos de experiencias porque somos tributarios de una concepción que entiende la política como practica de carácter colectivo e integral.
Proceso colectivo que logre crear herramientas de todo tipo y en todos los campos, que permita la intervención y decisión efectivas de la sociedad.
Uno de estos campos de la vida social lo constituyen los instrumentos necesarios para dar las disputas electorales que correspondan e influir sobre los poderes ejecutivos y parlamentarios en el plano nacional, provincial y municipal.
El asumir responsabilidades en las instituciones existentes con el objetivo de subordinarlas a las prioridades definidas en conjunto, sosteniendo las acciones consecuentes, exige herramientas que hagan de esa disputa verdaderos espacios de unidad, participación y transformación popular.
Somos conscientes de todas las experiencias partidarias y/o electorales existentes en el país y respetando su historia y cultura abrigamos la convicción de confluir en su entramado de unidad nacional.
Creemos que en este transito desde la resistencia a la ofensiva en todos los planos, y con el objetivo de sumar a una estrategia integral la cuata de legalidad y poder que estas instituciones detentan, tiene sentido la disputa electoral.
Es por ello que asumimos e invitamos a compartir un nuevo desafío: construir el Instrumento electoral Por la Unidad Popular , que desde la Provincia de Buenos Aires, nuestro territorio, ayude a ampliar el protagonismo de los sectores barriales y sociales, en la conducción de los espacios estatales de gobierno.
Se trata por lo tanto no solo de sobrevivir con el objetivo de “evitar lo peor” con lo que nos extorsionan permanentemente desde la cultura hegemónica, producto del genocidio.
Hay que construir una nueva experiencia política de poder popular, de carácter movimientista y multisectorial, para concretar el anhelo de felicidad que significa vivir plenamente todas las manifestaciones de la dignidad humana.
Junta promotora del Instrumento Electoral por la Unidad Popular

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